La Universidad de La Frontera se convirtió en el segundo plantel universitario de América Latina y el Caribe en suscribir el convenio con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, para iniciar el proceso de certificación en el Sello de Igualdad de Género del PNUD para Universidades, con el objetivo de avanzar hacia el cierre de las brechas de género y en el cumplimiento de estándares en el ámbito de género.
La ceremonia se realizó en el Aula Magna de la Universidad de La Frontera, con la presencia del Rector Eduardo Hebel Weiss, y la Representante Residente del PNUD en Chile, Georgiana Braga-Orillard, además de la participación de autoridades universitarias y regionales, académicas y académicos junto a la comunidad universitaria.
Este innovador convenio busca brindar un acompañamiento especializado por parte del PNUD a la Universidad de La Frontera, trabajando de forma conjunta en un proceso de autoevaluación del cumplimiento de estándares de género por parte de la universidad, avanzando así en abordar las brechas de género identificadas.
El proceso que se inicia, a partir de este hito, busca contribuir al logro de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, tanto dentro de la casa de estudios, como también en el trabajo en torno a alianzas y contrapartes del mundo académico, y en general, con la sociedad en su conjunto, tanto en la región como a nivel nacional.
Esta perspectiva es parte central de la Agenda de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que busca impulsar la igualdad de género como uno de los motores del desarrollo sostenible e inclusivo para lograr sociedades e instituciones más justas y transparentes.
En la instancia, el Rector de la Universidad de La Frontera, Eduardo Hebel Weiss, destacó el inicio de un trabajo conjunto con PNUD para posibilitar los avances que significará este proceso, señalando que “Generar un convenio con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el contexto de la equidad de género es un tremendo avance. Este convenio le permitirá a la universidad seguir transitando y mejorando los indicadores que nos interesan. Seguramente conoceremos nuevos indicadores y eso nos ayudará a fortalecer nuestra relación institucional en esta temática que es tan relevante. Y crear, además, una cultura que sea sinónimo de transversalización de la perspectiva de género a nivel institucional”.
A su vez, el Rector Hebel destacó que: “Este convenio nos va apoyar mucho en el tránsito que estamos realizando con respecto a la autoevaluación y el proceso de acreditación que finaliza en noviembre de 2024”.
En tanto, Georgiana Braga-Orillard, representante residente del PNUD en Chile, valoró la posibilidad de desarrollar un trabajo conjunto con la Universidad de La Frontera, destacando que “Este convenio es un acompañamiento de dos años que PNUD, hace a la universidad revisando sus procesos internos, apoyando a la institución en poner metas propias en los temas de género para avanzar en mejorar las condiciones de las mujeres, porque sabemos que la universidad es el principal motor de cambio, tanto en la comunidad interna como a nivel regional, principalmente integrando a las mujeres en este proceso”.
INSTRUMENTO DISEÑADO PARA INSTITUCIONES ACADÉMICAS
El Sello de Igualdad de Género para Universidades es una propuesta metodológica para apoyar y reconocer los esfuerzos que hacen las instituciones académicas hacia el logro de la igualdad sustantiva de género en el marco de la Agenda de Desarrollo Sostenible. A través de este proceso voluntario y especialmente diseñado para universidades, se busca acelerar la transversalización de género en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a partir de un proceso integral que transforme la institucionalidad tanto en sus dimensiones internas como externas.
La implementación del Sello consta de cinco dimensiones: planificación para la igualdad de género, arquitectura e institucionalización de la igualdad de género, ambientes laborales, participación, alianzas y rendición de cuentas y resultados. Cada una de estas dimensiones se mide a través de indicadores que se construyen a través de un trabajo conjunto para asegurar que el objetivo de la igualdad de género esté fuertemente imbricado en las instituciones, en este caso, en casas de estudio y centros de educación superior.